¿Cómo saber si estoy humanizando a mi Perro?

En lo que se refiere a humanizar a los perros, hay mucha controversia, ya que cada uno cuenta entre sus argumentos con diversas acciones que pueden catalogarse de humanización. Pero, ¿qué implica este concepto y cómo saber si un perro está humanizado o no?

¿Qué es humanizar a un perro?

Tratar a un perro como a una persona es un error que cometen muchos dueños de mascotas. Algunos afirman que dejarles subir en el sofá, hablarles o incluso ponerles algo de ropa, los humaniza. No obstante, humanizar a una mascota va más allá de actitudes como esas, sino más bien, de la reacción que permitimos que nuestro perro tenga a esas acciones.

Por ejemplo, si lo dejas subir en el sofá porque quieres tenerlo a tu lado y él disfruta estando al tuyo, ¿lo estás humanizando? No necesariamente. Pero sí estaría sucediendo si permites que tenga conductas fuera de lugar mientras permanece en el sofá.

Debemos entender que por más amor que sintamos por nuestras mascotas, son animales, y su percepción de la vida y proceso de pensamiento difiere mucho del nuestro. Los perros necesitan orden, un líder de su manada. Dejar que dé rienda suelta a sus deseos es humanizarlo, del mismo modo que cuando obviamos otras necesidades, como las de darle la guía necesaria.

Con esto no queremos decir que no debamos demostrar el cariño que tenemos hacia nuestros perros, ¡todo lo contrario! Tenemos que hacerlo pero con reglas y límites. Es decir, regañarle cuando algo no está bien o no permitirle según qué cosas.

Los perros, del mismo modo que el resto de animales, se mueven por instinto. Y en su caso en particular, es instintivo recibir órdenes y liderazgo. Si no lo tienen, lo ejercerán por sí mismos, y ahí es cuando podemos hablar de perros humanizados.

Cómo saber si mi perro está humanizado

Pensando en lo anterior, el comportamiento de un perro humanizado salta a la vista y deja ver claramente que algo no funciona en su educación. Estas son las actitudes más comunes:

Si come lo mismo que el resto de la familia

La alimentación de los perros debe ser equilibrada y enfocada directamente a ellos. Hay muchos alimentos que nosotros consumimos que ellos pueden comer, pero también hay otros muchos que pueden perjudicarles.

Por supuesto que pueden tener una dieta con productos frescos, tal como la dieta Barf, pero siempre con los alimentos correctos y en las medidas adecuadas. Darles de nuestras comida, es someter al estómago de nuestra mascota a alimentos procesados inadecuadamente para que sean digeridos por él.

Tratarlo como a una niño

En entendible el sentimiento que las mascotas despiertan en nosotros. Son seres que dependen de nuestros cuidados, tal como un bebé de su madre. A pesar de las similitudes, tratar a los ambos del mismo modo, es un error generalizado.

¿Cómo de podría hacer eso? Pues por ejemplo, con la moda de pasear a los perros en carrito. De manera eventual, no está mal llevar a un perro pequeño en el bolso, pero debemos volver a pensar en sus necesidades instintivas.

Los canes necesitan caminar, hacer ejercicio, marcar territorio, olfatear, explorar… Si se transportan de manera antinatural, no podrán dar rienda a sus instintos más naturales.

Actitudes de un perro humanizado

En definitiva, humanizar a un perro consiste en no darle la educación apropiada y no suplir sus necesidades primarias. Por tanto, esto radica en comportamientos inapropiados que quizá ya hayas notado en tu mascota y no supieras cuál era la causa. Estos son los más comunes:

Conductas destructivas

Dado que el perro no tiene a un líder reconocido, da rienda suelta a sus emociones descontroladas por la falta de jefatura. ¿Cómo lo hace? Destrozando cosas en casa, orinando o defecando donde no le corresponde o con ladridos constantes y descontrolados.

Agresividad

Un perro humanizado tiene problemas de socialización, tanto con otros congéneres como con otras personas. Esto lo deja notar con comportamientos agresivos tales como gruñidos o mordidas.

Estrés

El estrés es una de las consecuencias más terribles de la humanización de los perros. Dado que el animal no tiene satisfechos sus instintos más básicos, como pasear o correr, se le acumula la tensión que desata el estrés.

Obesidad

No proporcionar una dieta adecuada a un perro pensando que lo que nosotros comemos es bueno también para ellos, es un error grave que puede provocar sobrepeso o trasntornos alimentarios. Si sumamos al extra de calorías consumidas la falta de ejercicio, los riesgos son aún mayores.

Por tanto, mostrar afecto y cariño a nuestras mascotas es un bien necesario e imprescindible para su felicidad. Pero si lo hacemos sin equilibrio y sin establecer un orden de jefatura en el que nosotros somos el líder y él sabe el papel que ocupa en la familia, le estaremos causando más perjuicio que beneficio. Estamos seguros de que eso no es lo que quieres, ¿verdad?

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