Síndrome de Wobbler ¿Qué es y qué síntomas tiene?

La palabra “wobbler”, en inglés, hace referencia a un movimiento inestable, como el caminar tambaleante que pueden tener los perros con espondilomielopatía cervical. Por eso, a esta enfermedad crónica progresiva se la conoce también con el nombre de Síndrome de Wobbler.

¿Quieres saber cómo este padecimiento puede afectar a tu compañero peludo? ¿Te preguntas si el Síndrome de Wobbler tiene cura? Tanto una como otra son dudas muy frecuentes. Por eso, en este artículo de NaturalCan, hablaremos en detalle acerca de esta patología, que sufren sobre todo algunos perros de razas grandes y gigantes. Tras hablar de los síntomas y opciones de tratamiento, daremos algunos consejos que pueden ayudarte a mejorar la calidad de vida de un perro con esta enfermedad.

¿Qué es el Síndrome de Wobbler?

El Síndrome de Wobbler es una enfermedad de la columna cervical que involucra a las vértebras caudales y a los discos intervertebrales y sus ligamentos. Este mal provoca que la médula espinal se comprima, por lo que aparecen signos de dolor y de tipo neurológico.

El deslizamiento del disco intervertebral es más común en los doberman pinscher, mientras que las malformaciones óseas son más probables en perros gigantes. En general, los machos presentan una mayor incidencia de esta enfermedad que las hembras. En cualquier caso, las razas más predispuestas a padecerla son:

No obstante, también se han dado casos parecidos en perros de razas pequeñas. Las causas pueden ser diversas. La genética, un crecimiento excesivamente rápido o la dieta son factores que pueden influir. Los factores asociados a la malformación se dividen en dos grupos: Aquellos relacionados con malformaciones o cambios estructurales de las vértebras cervicales y el segundo grupo factores relacionados con con la alienación de las vértebras.

¿Qué síntomas muestra un perro con Síndrome de Wobbler?

Los síntomas más habituales del Síndrome de Wobbler son los siguientes:

1. El perro camina de forma extraña, como tambaleante.
2. Anda con pasos cortos y sin apoyarse bien en el suelo.
3. Tiene rigidez o dolor en el cuello.
4.  Se muestra débil y parece no tener fuerza en las extremidades anteriores.
5. Ha perdido masa muscular en algunas zonas.
6. Sus uñas están desgastadas.
7.  Le cuesta levantarse cuando está recostado.
8. Cojea.
9. Muestra una mayor agresividad por dolor.

En los casos más extremos, el perro no puede caminar y presenta parálisis parcial o completa. Si se dan estas circunstancias es importante que lleves al perro al veterinario lo antes posible para que pueda realizarle las pruebas adecuadas.

Normalmente éstas incluirán un hemograma completo y análisis de orina, para descartar otras enfermedades de curso similar, pruebas de rayos X, Resonancia Magnética, Tomografía axial computarizada (TAC) y mielografía ( prueba de contraste visual para evaluar el grado de compresión de la médula ósea).

Tratamiento para perros con Síndrome de Wobbler

Si se confirma el diagnóstico de Síndrome de Wobbler, el profesional deberá proponer un tratamiento adecuado en función de dónde esté ubicada la compresión en la columna y su gravedad.
El tratamiento conservador para el síndrome de Wobbler consiste en reposo estricto en confinamiento, antiinflamatorios y analgésicos durante un periodo de 4-6 semanas, con un retorno progresivo al ejercicio físico y uso de antiinflamatorios en ciclos periódicos según su necesidad.

En casos, la acupuntura y electropuntura puede ser una opción para el control del dolor, aunque estos procedimientos solo ofrecen un alivio temporal. El tratamiento quirúrgico suele ser lo más recomendable si tu perro no tiene otras enfermedades de base, que determinen factores de riesgos quirúrgicos. Existen diferentes técnicas quirúrgicas, con una tasa de éxito en el 76% y el 80% de los casos. Con ello, lo que se busca es descomprimir y estabilizar la columna vertebral del perro.

Cuidados recomendados

A la hora de cuidar a un perro con Síndrome de Wobbler hay varios consejos que nos pueden ayudar. Los principales son:

• Si el perro no puede caminar, asegúrate de que tiene una superficie blanda y agradable sobre la que descansar.
• Estate pendiente de él e intenta que pueda cambiar de posición cada pocas horas para evitar la formación de úlceras.
• Realiza masajes o utiliza vibradores para estimular la circulación sanguínea en áreas de apoyo y así evitar las úlceras de compresión.
• Utiliza arneses de cuerpo y no collares, pues estos comprimen la estructura cervical.
• Asegúrate de que su alimentación es la adecuada. Puede que necesite una dieta con menos calorías.
• El perro ha de seguir una terapia, con ejercicios que le ayuden a no perder masa muscular o a no tener problemas de atrofia o fusión de huesos.
• No debe excederse en su actividad física, ni correr o saltar durante los dos o tres meses siguientes a la operación.
• Debes asegurarte de que su piel se mantiene seca para evitar que se le formen heridas.

Finalmente, no olvides llevarlo a todas las revisiones programadas con el veterinario para darle seguimiento y evitar complicaciones.